Se trata de un vino fresco y altamente aromático que despliega un impresionante conjunto de sutiles y delicados aromas, con reminiscencias de fruta blanca madura con notas de sales minerales. En la boca irrumpe con el típico carácter del albariño, con toques de manzana, pera y jugosa lima, y su rico y prolongado paladar, integrado en su conjunto, por una fresca y vivaz acidez. Servir bien frío, preferentemente entre 9ºC y 12ºC.
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